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ENSAYO

ESA FRONTERA DONDE LA PALABRA SE DISUELVE: UNA APROXIMACIÓN A “LA NADA VIGILANTE”, DE ARMANDO ROJAS GUARDIA. Por Adalber Salas Hernández

La nada vigilante, libro de Armando Rojas Guardia que insiste en otear esa frontera en donde la lengua se disuelve, revocada por un silencio total, ubicuo. En ese límite huidizo intenta erigir el poema imposible, el que da cuenta de ese mismo silencio que lo anula. Por mucho tiempo perteneció esta tarea a otra suerte de textos, religiosos por naturaleza, pero no menos repletos de dicción poética si aceptamos leerlos con una mirada oblicua.

MÍSTICA Y EROTISMO, A PROPÓSITO DEL CANTAR DE LOS CANTARES. Por Ana María Hurtado

La experiencia propiamente humana del erotismo abarca todos los cuerpos; el erotismo centrado solo en lo físico- biológico deja de serlo y al quedar reducido a la genitalidad es despojado y se convierte en experiencia vacía. Como diría Octavio Paz: el erotismo es sexual, la sexualidad no es erotismo. Bajo esta perspectiva cobra especial importancia la función imaginal y el fenómeno simbólico que la acompaña, lo cual indefectiblemente lleva al Eros humano al contacto íntimo con la espiritualidad, al lenguaje del alma, como dirían algunos, y en consecuencia a la palabra poética.

LA ATENCIÓN Y LA PLEGARIA: ARMANDO ROJAS GUARDIA CONTRA LA SOSPECHA. Por Alejandro Sebastiani Verlezza

Quisiera comunicar con cierta claridad —así, al rompe, sin demasiado aparataje conceptual— la impresión que me sobrevino la primera vez que me acerqué a la poesía de Armando Rojas Guardia. Se trata de volver —así sea por un instante— sobre esas sensaciones y hacer venir algo de lo no dicho y presentido a este ahora mío.

EL OJO CUÁNTICO O LO SAGRADO EN LA POESÍA. Por Gladys Mendía

El ojo cuántico es la metáfora a través de la cual intentamos exponer la visión amplia que tiene el poeta al experimentar la insustancialidad del nivel físico; él ve lo que ocurre en el ámbito cuántico en donde todo y todos formamos parte de un gran caldo de información y energía. El poeta percibe que no hay límites ciertos, todo es un fluido y en todo momento nuestro campo de energía, está en contacto con el de todos los demás e influye en él. El poeta a través del ojo cuántico capta este nivel, para luego conectarse con el ámbito virtual, espiritual o potencial, donde todo es posible, sin límites tempo espaciales y causales.

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