EMILIO BALLESTEROS (Granada, España 1956). Como poeta, ha publicado una decena de poemarios, entre los que se pueden destacar: Ojos de corazón y fuego (Diputación de Granada), que fue Premio de Poesía ciudad de Peligros, La luz en las flores (Premio Cervantes de Poesia; Ayto. de Armilla), Trilogía del silencio (Ed. Dauro, Granada), Mi nombre es Nadie (Port Royal Ediciones, Granada), El viaje infinito (Ed. Monema) o Una hialina visión invisible labra la palabra (Gamar Ediciones; Popayán, Colombia), En júbilo (Alejo ediciones, Lima, Perú) y Cuarto creciente (Ed Monema). Hay poemas suyos incluidos en antologías de España, Cuba, Argentina, México, Chile, Perú y Colombia y revistas de casi todos los países de habla hispana y otros como Italia o Alemania, ha sido traducido a varios idiomas y obtenido premios en Andalucía y Madrid.
Como autor teatral, ha publicado las obras: El kiosco ´e Benito, que fue Primer Premio de Teatro del Ministerio de Educación y Ciencia, Las estrellas no tiene puntas, Premio de Teatro de Alcázar de S. Juan y publicado por su Patronato Municipal de Cultura, La Eternidad y el Vampiro (Ed. Carena, Barcelona, en su libro Descubriendo el teatro contemporáneo) y Didascalias (Ed. Monema).
Como narrador, ha publicado: El sitio en el que acaban todas las tierras (Fundación Francisco Carvajal), El negro (Instituto de Estudios Almerienses), galardonada con el Premio de Novela de Olula del Río, Aynadamar, la fuente de las lágrimas (Ed, Dauro), y La baraka (Ed. Dauro); todas agotadas, Estirpe de luna (Ed. Monema) y Rapsodia en negro y rojo (Ed. Nazarí). Cuentos suyos han sido incluidos en las antologías de relatos Narradores granadinos (Ed. Dauro en colaboración con el Diario Ideal) y Relatos de la guerra civil (CajaGranada), así como en diversas revistas de habla hispana.
Dirige la revista literaria Alhucema, con diez años de existencia y corresponsalías en casi todos los países de habla hispana y Francia, Italia, Portugal, Alemania, Suiza, Australia, EEUU, Marruecos y Líbano.
Fue Director del programa de debate juvenil Cada loco con su tema en TV. Metropolitana de Granada, premiado por la Junta de Andalucía.
Selección por Gladys Mendía de Cuarto Creciente (Editorial Monema, 2018)
122
Anoto apenas: “vivo ahora”, en mi compendio;
que ni eso servirá conforme pase el tiempo.
Los premios que gané, lo que he ido consiguiendo
en el viento feroz son pasto del incendio.
6
Bebió vino de olvido y el recuerdo golpeaba.
En la noche silente el insomnio acosaba.
Sumergido en el lago lo cubrieron las aguas
y el clamor de los cielos le silenció las llagas.
8
¿Quién podrá defenderse de la furia del sismo,
de la rabia del agua, del mordiente del frío?
¿Qué guarida buscarse frente a tal poderío?
Ni el poema me sirve contra su prosaísmo.
11
Si despiertan las cosas de su sueño sin tiempo
¿qué secreto dormido sorprenderá al ingenuo
que descubrió de golpe el hablador silencio?
¡Y no saber la sangre que corría por sus cuentos!
13
Todo lo que será ya fue y ya está escrito.
La Eternidad es un libro que leemos a pasitos.
En nuestra percepción el tiempo es el delito
de tener que elegir lo que es nuestro destino.
40
Le pregunté a mi sombra:
¿qué pretendes de mí?
Yo te sigo, me dijo; no lo sé, soy así.
¿Y por qué me confundes?, irritado insistí.
Mira a ver qué señalo. Y entonces la entendí.
41
Alza la copa, amigo, brindemos por la vida
mientras el sol nos bañe y siga la partida,
que cuando esto se acabe no habrá copa ni herida
y la sangre que corre se verá detenida.
64
Hay momentos oscuros en que todo se adensa,
se retuerce la suerte y la vida es propensa
a perderse en negrura impotente y extensa.
Pasan. Y son más leves de lo que uno se piensa.
73
No expliques el silencio hablando media hora.
El otoño, callado, el bosque entero dora.
No entierra entre palabras quien el silencio adora.
Para explicar su esencia, cualquier palabra estorba.
74
Ni rastro de silencio quedó en la noche oscura.
Todo era como un rayo colgado de la altura.
Solo una voz, de fondo, me dijo con ternura:
Amor es el ungüento que cura la amargura.
78
Con qué dulce veneno el amor me intoxica
que hace larga la espera y la presencia chica.
Qué poder no tendrá que hasta el tiempo claudica:
cuando quiere lo alarga y si quiere lo achica.
***
Lluvia en el río
picado de viruela
su cristal miro.
***
Brillo en el agua
¿son estrellas caídas
o son miradas?
***
Lluvia en la sierra
vuela la golondrina
calla la tierra.
***
Como las olas
en el trigo se mueven
las amapolas.
***
En el silencio
tamborilea el agua
sobre el alero.
***
La piedra inerte
si la acaricia el agua
se vuelve verde.
***
Lluvia en el charco
sobre el aceite apuntan
arco iris glaucos.