Pájaros
I
La locura es un pájaro triste
que no toca
la puerta.
Silenciosamente
se escabulle,
algunos lo confunden
con serpientes.
Sólo vuela
hacia el centro de la tierra,
allí, debajo del corazón.
Y anida
pacientemente,
esperando cruzar la línea
Para entonces será muy tarde,
ya todos conocen
tu canto de ave Marina.
II
Tiene pues un nido mi corazón
suspendido en la oscuridad, una voz;
está también, a la escucha, la noche.
Salvatore Quasimodo
La inmensidad es obra
del horror.
El cielo se quiebra
en un graznido ante tus manos
abandonadas,
cual terrible urraca.
El miedo
se apodera de tu aliento,
y callas en la ceguera de haber visto la noche
anidar en tu cuerpo.
III
¡Ojalá me toleraseis un poco de locura!
Sí, toleradme.
Corintios 11:1
… los alienados tranquilos, los alienados llamados
incurables se confunden con los indigentes, los pobres.
Jean-Étienne Dominique Esquirol
Algo dentro de ti
se ha quebrado en los otros
– ellos que conocen el terror,
ven tu ojo crepuscular –
Se cierra la casa
ante el espanto,
ya nadie podrá
reconocerte.
Te detienes, oscuro,
en el frío de no saberte
algo más que aquello
que gime en el fondo
del paraíso.
La locura
es un pájaro triste
que no toca la puerta.
Carlos Katan (Caracas, Venezuela 1992). Realiza actualmente la tesis para la licenciatura en filosofía en la Universidad Central de Venezuela (UCV). Sus poemas aparecen publicados en distintos medios digitales e impresos. Publicó el libro Impercepciones (2011); y aparece en la antología: Anotaciones Desde el Ruido (2017).